viernes, 4 de febrero de 2011

La manera de pensar de Harold (3era correción)

Ya pasaron cinco años desde que están en ese valle frondoso cubierto por millares de árboles de abrazan el paisaje, lo suficientemente lejos de su ciudad natal para impedir que los ataquen por esa cuestión. Con el correr del tiempo, poco a poco, fueron creciendo en número logrando que haya más diversidad para el trabajo, para las tareas domésticas y aumente el seno cultural. Si el fanfarrón de Harold estuviera ahí, madurando con su gente, disfrutando el regalo que D-os les dio al poder establecerse detrás de los Alpes, alguien podría ser más feliz de lo que ya es.
Si tan solo hubiera cedido… si tan solo hubiera reflexionado… si tan solo lo hubiera escuchado con el corazón y no con su cabeza… él estaría con ellos ahora. Después de todo, lo echa de menos a ese holgazán.
En una pequeña aldea al sudoeste de España, a unos 65 kilómetros de Zaragoza, ocurrían situaciones poco comunes. En varios mercados, esquinas y a la salida de las sinagogas, las mujeres del barrio comentaban que expulsarían del territorio a cierto grupo de aldeanos por sus diferencias religiosas. Esto velozmente atravesó la pequeña comunidad. Querían expulsar del territorio a aquellas personas, de pequeño número, que vestían atuendos negros y llamativos ropajes. Claro que fue acertado lo que esas mujeres, sin más nada que hacer, comentaban entre ellas. La madre de Abraham, horrorizada, fue a paso veloz a  su hogar para comentar la pésima noticia a su familia. Por otro lado, Abraham, con menos pánico, tomó un pequeño bolso, puso ciertos objetos personales, y se dirigió a contarle esto a Harold que vivía al lado. Éste no le quiso creer, y como estaba en su tiempo de descanso, continúo con su siesta. Jamás lo hubiera imaginado. Echarlos de la tierra en la que nacieron porque los consideraban herejes. ¿Herejes? ¡Pamplinas! Nunca hicieron tales actos, pero siempre encuentran la mejor forma para tener razón y hacer lo que les plazca.
Abraham, que mientras el tiempo continuaba se volvió cada vez más vulnerable (gracias a la situación que su madre le había comentado), se arrodilló y, poniéndose el Talit, comenzó a rezar para que la Torah lo guiara en lo que tenía que hacer. Escuchó atentamente lo que le contestaba en sus plegarias y despertó a Harold que, al hacerlo con velocidad, se malhumoró por toda la situación. Comenzaron a discutir acerca de lo que se decía al respecto, porque Harold no creía lo que Abraham le contaba. Con algunos familiares que repentinamente aparecieron lo hicieron entrar en razón. Tomó lo que pudo, semillas, comida, algunos libros, siempre con el Kipá sobre la cabeza y partieron hacia el sur bordeando el Mar Mediterráneo. No eran más de cuarenta personas, unas ocho familias, y aunque no tenían destino determinado, guiados por Jacob, uno de los rabinos encargados de calmar la situación, decidieron ir a otro país.
Los vientos soplaban con aromas florales, aunque en la marcha, unos días atras de haber huído de la aldea, y después de tiempo llevando juntos, Harold comenzó a parecerle extraño a Abraham; llamativo y revelador, ya no quería rezar junto con él ni con el resto del grupo. Cuando podía comía, a escondidas, lo que estaba prohibido, lo Taref. Al ver ranas y conejos, porcinos y caballos, no dudaba en asesinarlos para luego deborarlos. Todo con una actitud despreocupada e impresionantemente irresponsable hacia sus raíces judías. Realmente Abraham no podía entender cuando observaba el comportamiento de su amigo, y se enojaba mucho con él porque le parecía una falta de respeto a sus antepasados. Cada vez que blasfemaba de una u otra manera, entre algunos trataban de hacerlo entrar en razón para que dejara las costumbres paganas y ofensivas hacia el resto de ellos. Él balbuceaba algunas palabras sin sentido y, siempre, pero siempre, recalcaba el hecho de que no era feliz con sus costumbres actuales. Harold pensaba que sus creencias, la de su amigo y el resto del grupo, eran estúpidas y sin sentido. “Con tantas leyes uno no puede ser libremente feliz” era una de las oraciones que más repetía en cada encuentro con algunas familias.
El mejor amigo de Abraham estaba quebrando las leyes de la Torah en las que juntos creían y respetaban; y se sintió traicionado por la persona en la que más confiaba en todo el mundo. Jacob los guiaba y en algunas semanas pudieron abandonar España para introducirse en Francia, donde se mantenían al margen de las ciudades. Les preocupaba, principalmente, seguir un camino cerca del río para poder bañarse, obtener agua potable y pescar. Siempre, antes de continuar su camino, Jacob bendecía los alimentos y les daba fuerzas a la comunidad para continuar con su camino hacia un lugar más seguro.
Harold a veces parecía una persona totalmente distinta en todos sus aspectos. Hablaba con  certeza indiscutible sobre lo que creía que era la verdadera vida. Proclamaba abolir  leyes y construir una nueva forma de vida en la que todos los que estaban ahí pudieran elegir, criticar y discutir, ya no soportaba más el autoritarismo. Tan solo quería vivir mejor, quería otra cosa, quería ser feliz, escuchado y tomado en cuenta. Pensaba muy diferente a los demás. El grupo hacía como que no lo escuchaba con excepción de los niños, que cuando sus madres los veían hablando con Harold inmediatamente los retiraban de su alcance. Abraham, desde lejos los observaba y sufría por su amigo porque no podía entender porqué se comportaba así.
Al pobre muchacho lo tildaban de borracho, enfermo, loco, y demás vulgaridades. Abraham no podía dejar de mirarlo, quería tenerlo cerca sin importar lo que digan. En cada parada que tenían durante la noche siempre se ocupaba de que no le faltara nada. A pesar de todo, seguía siendo su mejor amigo y, fuera de eso, de vez en cuando terminaban la noche juntos hablando de alguna situación, de lo que pensaban al respecto tras haberlos echado de su país por patrañas absurdas, de lo lindas que eran las jovencitas y de lo que la vida es capaz de hacerles cuando menos se lo espera. Había otras noches en las que, de tanto hablar, acababan discutiendo por tener pensamientos opuestos, lo que traía aparejado el hecho de que no se hablaran por varios días. Pero siempre, uno u otro, se miraban, cuando podían, y terminaban con un fuerte apretón de manos sabiendo que la pelea se daba por finalizada, sin rencores ni angustias.
Las situaciones fueron variando en gravedad según el lugar y/o el día. Un día que llovía se encontraban entre las ciudades de Avignon y Grenoble, que para esa época siempre hay grandes tormentas y que fue la travesía más larga que tuvieron, Harold se enojó con el que estaba discutiendo y empezó a gritarle; y en otras ocasiones terminaban con los ojos morados y narices sangrando. No era para nada fácil viajar con él, pero con esto no se iba a deshacer la amistad entre estos dos muchachos, compinches, casi hermanos de aventuras.
Cuando no tenían mucho que comer, algunas mujeres iban a comprar trigo molido para poder hacer algo de Matzá ya que los hombres no podían ir porque temían llamar la atención y que los descubrieran por sus largas barbas y el Kipá. Todo les resultaba arduo y difícil, pero siempre salían con la cabeza en alto.
Abraham y su humor también cambiaban respecto al día y lugar. Pasando la ciudad de Grenoble, siempre bordeando el río lo mas ocultos posible, la convivencia entre las familias no fue del todo agradable. Había momentos donde no podían abastecerse de alimentos, todo el grupo sobreviviendo a duras penas con legumbres que llevaban a cuestas  y con algunas bayas que se encontraban en los alrededores de donde pasan la noche. En el río no podían pescar nada de lo permitido, no encontraban alimentos Kasher: ni truchas ni salmones; y en los alrededores no encontraban más que conejos silvestres. Las mujeres y los niños eran la prioridad, entonces los hombres dejaban que ellos se alimenten para demostrar su fuerza y capacidad como líderes natos, algo que pasaba inadvertido dentro de los suyos. No había excepción alguna, todos los masculinos mayores de dieciocho años no ingerían alimento para proporcionárselos a los más débiles. Claro que siempre algún joven se sumaba a los que se sacrificaban ante la muchedumbre para salir adelante con la hambruna que sufrían. Por su puesto que al estar sin comer, sumado a las estupideces de Harold, la paciencia de todos era un sin fin de explosiones que pensaban que jamás terminaría, sobre todo la de Abraham que era el que más lo conocía y más poder tenía para poder callarlo. La cabeza de Abraham soportó tantas veces las tonterías de “una vida mejor”, que creía haber superado todos los discursos que Harold divulgaba, y que nada de lo que podría decir lo afectaría en el transcurso del viaje hasta poder establecerse. Ese día, habiendo evadido y pasado la ciudad de Lyon, el peor día de hambruna para todos los hombres que se encontraban allí, algunos decidieron dormir para olvidar la pena de no comer, y otros sufrían mientras que algunos pensaban. Abraham estalló de furia e ira incomprensible  ante los discursos pedantes que Harold le susurraba mientras bebían agua para engañar al estomago del hambre. Realmente no pudo aguantarlo y explotó en una cantidad de barbaridades que refutaban, gracias a la palabra de la Torah, todo lo que el cabeza de chorlito decía con tanta confianza y certeza. Se gritaban, se humillaban frente a todos lo presentes, hasta que, finalmente Abraham, quitándose el Kipa, dejó en un costado su traje negro y el Talit, terminaron golpeándose ferozmente uno al otro. El resto de la comunidad no podía soportar más las blasfemias que Harold decía ya que nadie lo había callado hasta ese día, y,  sin quererlo, el mejor y único amigo que había tenido en toda su vida “cavó su tumba”. El resto de los hombres mayores lo tomaron, dejando en el suelo sus trajes, lo acorralaron, se arremangaron sus camisas, lo dejaron inconciente y se lo llevaron a una distancia de 100 metros en el medio del bosque para que no pudiera volver fácilmente. Lo ataron de pies y manos para asegurarse que tardara en desatarse. Esa noche, después de desterrar a uno de los suyos, una lluvia tormentosa no cesó hasta varias horas después.  Al día siguiente comenzaron la caminata, al ver que el sol se asomaba y les regalaba su luz.
Días y semanas pasaron recorriendo tierras sin nombre y pueblos que evitaban. Sí que caminaron y cuánto que lo hicieron. Una expedición agotadora.  No lo soportaban más. Cruzar los Alpes suizos no fue tarea fácil. El sol radiante golpeaba en sus blancos rostros y a lo lejos sentían que llegaban a un lugar seguro. Siguieron caminando y se asentaron en lo que creían que era lo mejor para comenzar una nueva vida, en lo que iba a ser una mejor vida. Tenían cerca un lago en donde se proporcionaban de agua potable y un valle fecundo de vegetación que iba a ser el hogar para la comunidad.  El clima no era lo suficientemente apto para sembrar todo el trigo, las papas y cebollas que querían, pero de cierta manera se acostumbraron a su entorno. El lago les regalaba peces que aprovechaban y un clima frío que con el tiempo fueron adiestrando.
Abraham no solo perdió a su mejor amigo por estar hambriento y porque quería intentar cambiar su manera de pensar, sino que sacrificó al único que lo acompañó firmemente en todo el camino. Lo extraña todos los días. Cada noche, cuando está por dormir, antes de decir sus oraciones, siempre recuerda la última frase que le gritó cuando se lo llevaban. “¿Tanto te cuesta entenderme? ¿Tan complicado es lo que pienso?” Al estar tan lejos de él por tanto tiempo esas preguntan se generan en su cabeza siempre y cada noche contesta lo mismo, una y cada vez: “Ahora no me cuesta tanto; no es tan complicado; cómo te extraño amigo”

domingo, 12 de diciembre de 2010

La vida cuesta. Cuesta tiempo, espacio, dolores, amores, reconciliaciones, peleas, estafas. Tambien cuesta un pensamiento diferentes, apertura de mente, contradicción de ideologías. La vida cuesta, sí, pero... es una sola como muy pocas cosas. ¿Y se aprovecha? ¿La aprovechas? ¿ La aprovechamos?
Creo que es imposible saber cómo vive su vida cada uno, cómo viven todos. Menos saber si estan de acuerdo con su vida o si son felices o no. Como todo,(para una persona) saber todo es imposible; todo nunca se va a saber, como todo uno nunca va a entender.  Me parece que siempre va a haber oposición de algo o alguien por tal o cual cosa. Y así la vida sigue su curso, se vive y se vuelve misterioso por cada rincón en donde la veas, y se sigue viviendo.
¿Qué sentido tiene la vida si nos enfrentamos con tanta negatividad por todos lados? Quizá algunos nos damos cuenta, otros no, pero se tiene que continuar igual porque cada uno es dueño de su vida, y cada uno la forma como puede.
Continuamoente luchamos contra la vida para formar, según cada criterio individual, lo mejor que nos salga. Y en la heterogenedad del pensamiento humano no hay lugar para la homogeneidad popular: un "pero" siempre se va a escuchar y a encontrar.
En la vida se nos regala buenos momentos, malos y/o trágicos, momentos que no se pueden aprovechar, y tantos más. Si se podría separar en infinitos grupos cada vida, lograr un respeto decente, por ahi sería un poco más fácil, evitando la tragedialidad para aumentar la comprensionalidad y la gratificación del ser humano.

martes, 23 de noviembre de 2010

Borrador de Ensayo 2

OBJETO DE CONTROVERSIA
Enseñar que en la mayoria de las sociedades del mundo existe un mínimo de desacreditación de cuál o tal persona debido a su forma de vivir, costumbres o lugar de residencia.

TESIS
Revelar cómo el ser humano tiende a encasillar/juzgar al otro por su posición económica-social-cultural

PREMISAS Y ARGUMENTOS
1) Demostrar que se pueden encontrar "Calibanes" y "Arieles" en varios ámbitos de la vida. En base nuestra linea de pensamiento/ideología, decidimos qué postura tomar sobre el resto: si tildarlo como CALIBÁN o como ARIEL.
2) Referencia a la definición de tales personajes según Retamar
3) Ejemplificación de ámbitos en donde se pueden generar estas características "encasilladoras"




Profe, ¿podrías fijarte si avanzé un poco más a la hora de presentar mi borrador del ensayo?
Creo que si vuelve a estar mal, no sé qué voy a hacer.

martes, 9 de noviembre de 2010

Borrador de Ensayo

Objeto de controversia
Cómo creían en el pensamiento que Colón presentaba al resto de sus oyentes sobre los caribes que, este mismo personaje, los llamaba como el quería: caníbales. Así se refleja lo que una persona pensaba y nadie, en esa época, le discutía abiertamente y se los juzgaba (como cada uno quería) por esa razón.
Al llamar "barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres" ya encasillan al otro como "hombre concreto", "animal" para "robarle la tierra, esclavizarlo para vivir de su trabajo y, llegado el caso, exterminarlo".


Tesis
Demostrar el sentido erroneo al tildar al aborigen, al "otro", como canibal


Premisas y argumentos (a desarrollar)
1) Hacer referencia a la definición de la palabra en cuestión
2) Cómo la utilización de ese término según ciertos autores y sus respectivos años u época
3) Valor que conlleva (relacionado con el punto 2). La intención que buscan llevar a cabo
4) Cómo evolucionó tal definición
5) Entremechar autores como Malinowsky y Gramsci para apoyar, corroborar y demostrar la tesis en base a sus teorías. Tambien contar con el apoyo y puntos de vista de Retamar, Rubén Darío, Levi Strauss, Geertz, etc.





Eso es lo que tengo hasta ahora. Tengo pánico de que todo esto que pensé esté mal. Así que espero una devolución de tu parte. Gracias

domingo, 24 de octubre de 2010

Niñas

Sin las niñas no se puede vivir, como no puede vivir la tierra sin luz.
Tiempo que resalta la condición femenina y a la luz como fuente de la vida.

martes, 19 de octubre de 2010

Estereotipos

Antes que nada, pido disculpas a los que se sienten identificados. Mi objetivo no es despreciarlos ni mucho menos. Tan solo quería mostrarles cómo fuimos capaces de caer ante la burda ignorancia de la hegemonía.

Si yo te digo una nacionalidad, una raza, un gentilicio, lo que sea que próximamente vayas a leer, ¿qué es lo primero que se te cruza por la cabeza?

Si digo...

JUDÍO: codos, rata, ahorrador
BOLIVIANO: todos verduleros
PARAGUAYO: una buena parte son albañiles
CHINO: miles de supermercados en muchos barrios del país
JAPONES: los únicos que he visto tienen tintorerías o florerías.
URUGUAYO: el pequeño Buenos Aires, pero toman mucho más mate
AFRICANO: vende joyas a la luz del día constantemente
BRASILERO: solamente es reconocido por sus actividades deportivas. Más conocido con el fútbol
ESPAÑOL: cabeza dura, cuadrado, bruto, tosco
CHILENO: (actualmente) héroes gracias a la salvación de los mineros, (años atrás) sin saberlo, solo escucho de ellos: "chilenos de mierda"
PERUANO: conocidos por el Ceviche. También poseen la Ruinas de Machu Picchu
ARGENTINO: "la minas más lindas del mundo" (Gracias Cordera). Reservo la opinión


¿Pudieron notar lo enjuiciador que se puede ser a veces?
Pude ver cómo asentían, sonreían, y negaban ciertas cosas. Creo que los estereotipos son parte de nuestra vida. Parte de la vida del mundo.

jueves, 14 de octubre de 2010

Vamos HA.K.VAR

Vamos HA.K.VAR


-         Y bueno, eso es todo. ¿Entendiste cómo es el sistema?
-         Si si. Se llama a tal compañía, pido por “X”, le explico lo que vamos a hacer, fijamos una fecha, horario y lugar de encuentro, somos atendidos, larga el gancho, y listo el pollo
-         ¡Exacto! Bueno. Dale. Proba ahora con esta empresa a ver cómo te va.
-         Oki doki

Agarra el teléfono, disca y mira sus papeles.

- Hola, buenos días, ¿se encontraría el señor “Y”?
- Si, ¿por qué asunto es?
- Es para que los tránfugas hincha bolas de HA.K.VAR tengan registrado que su empresa existe y que va a estar empadronada en sus registros municipales.
- Ah… - con sorpresa y desentendimiento – si. Aguanta un minuto que ya te comunico
- No hay problema. Muchas gracias

Pasa algún tiempo. Algunos minutos con toda la furia

-         Hola – pregunta una voz seria y sin muchas ganas de hablar
-         Hola. Si. Te hablo por el tema de HA.K.VAR
-         Uh… - frustración e indignación - ¿con qué curro vienen estos ahora?
-         Y – con tono firme y decidido – alguna huevada nueva, pero hay que hacerlo porque si no te pueden clausurar la empresa
-         ¡Qué hijos de puta!
-         Realmente – aires se supremacía corrían por sus cabellos cortos – Bueno, ¿te parece bien si nos encontramos mañana a las 11 En una de las sedes del Correo De tu Hermana?
-         Si, me viene bien ese horario – tratando de despacharse del problema rápidamente - ¿Tengo que llevar algo?
-         Si señor. Tenes que llevar tu DNI y fotocopia, el estatuto o poder o acta presidencial o contrato social y fotocopia, una foto de tu familia, y mucha buena onda
-         Perfecto – dijo con distinto tono de voz – Entonces nos vemos mañana
-         Bárbaro. Muchas gracias. Chau
-         Chau
-         ¡Pera! – dice velozmente antes de que se corte la comunicación
-         ¿Qué? – sintiendo que una flecha le atravesaba su cabeza, irónicamente hablando
-         ¿Cómo mierda te voy a reconocer?
-         Voy a estar con una re linda cara, de re buen humor, con ropas comunes y corrientes, una mochila con mil empadronamientos, zapatillas, jean y remera, y con una carpetita azul. Igual, por cualquier cosa, agendate mi celular. Llamame por cualquier cosa
-         Dale. Gracias
-         De nada. Nos vemos. Chau. – por sus adentros piensa y dice – finalmente…

Va para su rincón, en donde estan todos los formularios borradores para que cargue en la compu, comenzando asi su trabajo
  • CARGO: Presidente
  • DNI: xxxxxxxxxxxx

Termina de completarlo y empieza otro. Obviamente que antes de empezar a cagar la información ya había llamado y hablado con la persona correspondiente de dicha empresa.

  • CARGO: Socio-gerente

Otro empadronamiento para cargar.

  • CARGO: Apoderado

Uno más…

  • CARGO: Vice- presidente

Y el último del día

  • CARGO: Tu vieja en tanga.

Una vez que ya haya cargado la información, guardado el archivo en un Pendrive, se haya chamuyado a la recepcionista que esta re buena, llamado a sus amigos (porque el teléfono de ahí es “gratis” y no lo pagas), haya evacuado un par de gases, e impreso todos los archivos, su nuevo rumbo y destino es su dulce hogar amoroso como siempre.
Hace su vida normal como la de cualquier persona y, antes de acostarse, se organiza el día siguiente: cómo ira al correo, dónde queda exactamente el lugar,cuánta dinero llevará, qué música cargará en su MP4 para escuchar en el viaje, qué tipo de profilácticos comprara para usarlos con su pareja alguna noche, y cuál va a ser su vestimenta.


Se levanta a la mañana temprano porque es un maníaco del tiempo y siempre está calculando horarios de tren, de su vida, etc. Gracias a Dios existe el “Roca”, si no fuera por ella, caminaría muchísimo más: se toma siempre el tren como primer medio de transporte para su destino; para favorecer todo, la estación queda a una cuadra de su casa.
Una vez en el Correo De tu Hermana, con carpetita de la empresa bajo el brazo, espera pacientemente  a que algún caballero o señorita pregunte su nombre, dando así el primer paso para empezar HA.K.VAR y su empadronamiento que todos detestan.

Se vuelven a presentar, se saludan y van a hacer la fila.

-         ¿Se acordó de traer todo lo que le dije?
-         Si
-         ¿Poder y fotocopia?
-         Se
-         ¿El paquete de puchos que te pedí por mensaje de texto?
-         Uh… - agarrándose la cabeza – me re olvidé. Estaban todos los kioscos cerrados – termina la oración revoleando los ojos
-         Buah – con fastidio – No me chamuyes. Esta vez te la perdono, pero la próxima no te los pago, ¿entendiste?
-         Bueno. Está bien. Perdoname – bajando la cabeza y sientiendose medio mal

Hacen la fila. Nos atiende la sexy cajera.

-         Hola, buenos días. Venimos con el caballero para HA.K.VAR, la primera parte –serios como perros con hambre
-         Bien. ¿Trajeron lo que necesario para HA.K.VAR y su trámite sin fin?
-         Obviamente. Más que preparados estamos.
-         Bueno. Entréguemelo por favor.
-         Si, cómo no. Ahí tenes – le entrega unos papeles
-         Firme, por favor. Las últimas hojas de los dos juegos.
-         (firma las dos hojas el caballero dueño de la empresa) Hecho nomás señorita
-         Bueno. Sientese por alla y aguarde unos segundos que ya lo llamo y le entrego la clave para hacer la segunda parte. Va a ser rápido – dice con sinceridad plena -, son los únicos que estan por esto.
-         Cómo no. Esperamos

Van los dos juntos a sentarse y esperan. Entre tanto, según la personalidad del sujeto, depende de cual te toque a la hora de hacer el trámite para que HA.K.VAR termine, te podes quedar hablando de cualquier cosa que te pregunten (porque hay personas que hablan hasta con las piedras) o en el más rotundo silencio.

-         Para HA.K.VAR – grita levemente la señorita que nos atendió al principio
-         Nosotros. – dimos un pequeño salto y nos apuramos a llegar a la caja
-         Bueno, ahora con la clave ten…
-         (Interrumpe) Si si, ya se – supremos aires de sabiduría – No es la primera vez que lo hago. Bueno. Gracias. Chau
-         Chau.

Salen del correo

-         Esta fue la primer parte. Después, un día de estos, no sé cuando, cuando me acuerde, te llamo y arreglamos para hacer la segunda parte, ¿dale?
-         Perfecto – contesta lentamente
-         ¿Tenes mi celular?
-         No
-         Ahí te lo paso. Por cualquier cosa me llamas para lo que sea: – se lo dice como si fuera su mejor amigo de toda la vida – alguna pregunta; por si estas llegando tarde porque te cagaste encima; o terminaste un trámite antes y lo hacemos ya; si me queres invitar a jugar un partidito en la play; o si te olvidaste a que hora nos teníamos que encontrar; vos sabes que me podes encontrar, ¿entendido?
-         Listo. Bárbaro – abrazo de por medio, muy de película – Cualquier cosa te llamo loco.
-         Dalo por hecho. Yo igual termino cargar la segunda parte de la información de tu empresa y te llamo para arreglar una nueva cita, ¿si?
-         Fenómeno maestro. Espero tu llamado entonces
-         Así será. Chau che
-         Chaaau – contestación bien de pendejo


Van caminando y se dan cuenta que sus rutas para volver son en la misma dirección. El dueño de la empresa, como es buena onda, no como la mayoría de los energúmenos con los que se encontró anteriormente. Éste le dice:

-         Che, ¿para dónde vas?
-         Para la estación – contesta con tranquilidad
-         Dale. Vení, subite que te llevo
-         ¡Uh! Buenísimo – alegría desbordando inmesurablemente

Hablan un par de boludeces de la vida para que el corto trayecto sea más ameno

-         Bueno. Muchas gracias por traerme – con una sonrisa en la cara dice al bajar
-         No hay por qué
-         Te llamo en estos días
-         Espero tu llamado entonces. Chau
-         Chau

Compra el boleto, se sube al tren, y este arranca. Llega a la estación correspondiente, se baja y camina algunas cuadras hasta llegar a la oficina. Siempre saluda a todos los que están presentes. Algunos dicen que lo hace porque es así, otros que es para caerles bien a todos y lograr que le den un puesto permanente en la oficina, y otros dicen que es para dar y recibir besitos de todos.
Tras llegar al último piso, se pone a hablar con su “jefe” de cómo le fue hoy, qué hizo y demás. Le entrega, su superior, más papeles para cargar a Internet información de las empresas, comenzando así nuevamente el discurso para realizar la primer parte de la operación HA.K.VAR. Pero, mientras tanto, al terminar de hablar con los dueños por teléfono, se da el lujo de tener su propio espacio oficinesco: una computadora súper rápida para hacer sus cosas, un fabuloso rincón en donde le dejan sus trabajos pendientes, y una sensacional distancia de dos pisos (tres escaleras de aproximadamente quince escalones cada uno) para subir y bajar cuantas veces quiera. Los mitos de esas épocas dicen que de tantos escalones que subió y bajó, el cabello le creció el doble de rápido. ¡Asombroso!
Una vez que se hizo la primer parte (le dieron la contraseña famosa), la segunda parte queda “más de lado”: se carga la información, se imprime, se limpia el sudor de las axilas con ella, y, después, se arregla para firmarla algún día. Lo más conveniente es citar a dos o más empresas que estén por la misma zona y mismo correo así matas dos pájaros de un tiro. Porque, si todos los días haces el trámite con una sola persona, te volves judío, oriental, negro y gay. O sea, se te complica bastante la cosa. Avivate y junta varias en un mismo lugar y, de paso, ganas algo de tiempo y paciencia.

-         Hola, ¿”w”? – pregunta con su mejor voz - ¿Te acordas que te iba a llamar?
-         Si – con todo medio enojado – Te estuve esperando estos días. ¿Tan irresponsable sos?
-         Si, así soy yo. ¿Algún problema? – la cabeza camina a mil revoluciones por segundo y se pone verde como Hulk por la forrada que le acaban de decir – Mirá que si no es gracias a que te llamo, me pagan, y que me preocupo por tu empresucha, va a ir HA.K.VAR y te va a clausurar el boliche negro
-         Bueno che – intenta calmarlo de alguna manera. Se puso medio nervioso y culpable -  Tampoco te pongas de esa forma
-         Entonces no me hinches tanto, ¿dale? – se tranquiliza y cambia de tema instantáneamente – Che, ¿mañana a la mañana podes juntarte conmigo para hacer la segunda parte?
-         Si. No hay problema. ¿Misma hora, mismo baticanal?
-         Claramente. Nos vemos. Chau
-         Chau

Se despiden.
Al día siguiente, ya en el Correo De tu Hermana, conociéndose las caripelas el uno del otro, entran y hacen la fila para terminar con esto de una buena vez por todas.

-         Esta es la última vez, ¡eh! – dice con una pez interior
-         Sep sep

De repente, salta un flaco de atrás

-         Disculpame – con seriedad dice - ¿Vos estas por HA.K.VAR igual que yo y todos lo de esta fila?
-         Si
-         ¿Estas seguro que es esta fila?
-         Y… no sé… - pierde la paciencia y con sarcasmo pregunta - ¿Vos qué crees? ¿Pensas que tienen esas caras de orto y unos papeluchos de morondanga que dicen HA.K.VAR por simple placer, y que están en la fila equivocada?
-         (dudando un poco) Si… creo que esta no es la fila
-         Bueno – perdió completamente la paciencia – Váyase a otra fila entonces

Paso unos minutos y la fila sigue sin avanzar. El mismo personaje de antes comienza nuevamente a hablar

-         ¿Es cierto que… - dudando mientras habla – si… - y también titubea – no haces el trámite, esto de HA.K.VAR, te la pueden clausurar?
-         (Ya no quería ni ver la cara esa persona por temer a insultarla) (Y agresivamente) ¿Clausurar qué?
-         (Siempre con un tono de duda en sus palabras y algo de misterio) Y… vos sabes. Lo que tenemos todos nosotros…
-         (Sin ganas de hablarle) ¿La empresa?
-         ¡Si! – contesta con cierta felicidad
-         (Ya, con ganas de atravesarle una lanza por el pecho y sumamente por enojo) ¿Y por qué carajo no decís eso en vez de hacerte el misterioso? ¡Viejo boludo!

Salen del correo, charlan un par de tonterías, se ríen del pobre infeliz que no sabía expresarse y se paran en la puerta.

-         Esto es todo – Mucha paz interior – La segunda parte ya se completó. Ahora tenes que esperar a que te llegue un sobre de nuestra compañía en donde va a estar esto que acabamos de presentar y el presupuesto, ¿de acuerdo?
-         Enterado
-         Cualquier cosa, pregunta, y demás cosas, tenes mi celular.
-         Perfecto
-         Bueno, chau – piensa unos segundos y justo antes de que se separan cada uno por su lado – Esperá, ¿para dónde vas?
-         A la oficina – por sus adentros piensa ilusoriamente si…
-         ¿Dónde queda?
-         Acá a diez cuadras – sigue pensando si se hará realidad lo que creé
-         Dale que te llevo. Seguime
-         Excelente. Muchísimas gracias – Por dentro, hay una fiesta en su cabeza de la alegría de no tener que caminar y la comodidad de volver en auto

En el corto trayecto, palabra va, palabra viene, preguntas insignificantemente estúpidas para tener algo de qué conversar, llegan a la oficina

-         Es esa. Allá – Señala la misma – Mil gracias
-         No hay por qué. En serio
-         Adiós. Gracias


Pasan un par de días haciendo las mismas cosas. Algún que otro día más o menos tedioso. Pero… una mañana…

-         Hola. Buenos días – con una aturdidora y rebosante felicidad por su trabajo - ¿Te acordas de mí? Soy el de la empresa “YYZ”. Quería hacerte un par de preguntas. ¿Podes hablar?
-         ¿A vos te parece una hora prudente para llamar? – pensamiento enfurecidos hacia su persona – Digo, no todos tenemos tus horarios. Yo recién me levanto y no entiendo nada de la vida – a todo esto, su voz de tener sueño seguía presente - Menos mal que me di cuenta porque si no cagabas la fruta y anda a saber a que hora me encontrabas
-         Bueno – con tranquilidad dice – te la hago corta… yo quer
-         (Interrumpe descaradamente) ¿Qué hora es?
-         Las 8:37
-         La puta que te parió – piensa en voz alta
-         ¿Cómo? – haciéndose el boludo pregunta
-         No que… - no sabía dónde meterse ni qué decir – estoy a punto de pararme para irme a bañar. Estaba desayunando – la arreglo perfectamente – Es más – dice sin importarle más nada – Me cagaste el desayuno con esto.
-         Buen perdón – dice sin saber por qué – No era mi intención, solamente quería saber una cos…
-         (Interrumpe nuevamente) Mejor llamame dentro de una hora, ¿queres? – descaradamente agrega – tengo que bañarme y… - piensa un segundo más y dice – No, mejor decime ahora así no me molestas más por ahora
-         Aca el señor “SXX” está es estos horarios y estos días. Podes venir cuando esté él para que firme esos papeles molestos, los presentas en ese correo, y nos olvidamos del tema de HA.K.VAR y la segunda parte de esta mierda.
-         Si. Esta bien – con desprecio – Qué ganas de molestar que tenes. Ayer me llamaste tres veces por forradas y ahora esto – con hartazgo corriendo por sus venas – Un día de estos voy a las 9 allá y terminamos, ¿si?
-         Perfecto – el sujeto siente que se sacó un peso de encima – Cualquier cosa te llamo
-         Tratá de que no sea en este horario, ¿dale? – dijo con un aire de soberbia extrema – Nos vemos, chau.


Otro día, a pocos de terminar su flamante trabajo, en la oficina esta  acomodando unos papeles. En una de esas, el “jefe” lo llama para hablar de cualquier cosa menos trabajo. Para distenderse un poco. Mate de por medio, unos biscochitos, gases de su parte, una mera charla da comienza

-         Y mientras estaba esperando – con energía relata – al pelotudo que llegó 40 minutos tarde, en la vereda de enfrente, un señor con sus dos hijas no tenían mejor cosa que hacer que regalarme el espectáculo de cómo dos niñas de 3 y 4 años mean en la vereda siendo sostenidas de su padre. Vos sos capaz de imaginarte eso, ¿no?
-         Jajajajajajajaja – se descostilla de risa y con tono adecue a la situación dice – BUENÍSIMO!!!
-         No, no me jodas – leve enojo inofensivo – no estaba buenísimo. Tenía ganas de que el amiguito este llegara para terminar el trabajo e irme a la facultad, que por cierto estaba llegando hiper tarde
-         (las risas lentamente van desapareciendo) ¿Pero… después tuviste problemas para hacer el empadronamiento?
-         Más o menos. La cajera – con odio – negra de mierda, era una forra y pedía más cosas que en el resto de los correos, pero nuestro cliente se re copó y la carajeó un toque a la minita. Eso aceleró el problema e hicimos más rápido las cosas
-         ¿Qué era lo que pasaba con la frígida de la cajera esa? – dijo el “jefaso”
-         Pedía un montón de cosas que en la página no pedían. No hay que volver más a ese lugar – dijo con enojo rotundo – Es truchísimo
-         Bueno, bueno. Tranquilo. Vos decidís en qué cede es, no yo – intenta tranquilizar el ambiente – Avivate y dejá de llorar porque te tratan un poco mal.
-         ¡Cagate! – Cambia de tema y agrega – Subo algunas primeras partes y me voy a casa.
-         Bueno. Ve con Dios si te hace feliz
-         Eso haré

De repente, un llamado por celular. Era el jefe. Ese día a esa hora pasaba por su casa para que juntos vayan a la oficina. Se conocen de hace muchos años. Aproximadamente hace 15 años. Es mucho tiempo, ¿no lo creen?
Una vez dentro del auto, se ponen a hablar de la vida. Hablan del método de pago que van a utilizar y algunas patrañas más.
Llegan a la oficina, se pone a acomodar algunos papeles y es llamado para hablar de números: futuro sueldo

-         Y bueno, hiciste tantas empresas, habíamos acordado que te iba a pagar eso por cada una que hicieras, ¿está bien lo que hago? Corroborá las cuentas por favor…
-         A ver – calcula en su mente diminuta para los números del demonio – Bueno… esto más esto es tanto, me llevó dos… multiplico por la cantidad de empresas, le resto esto que ya me pagaste, le agrego los puchos que te pagué aquella vez y te cobró los masajes de uñas del martes pasado… le resto esta cosa y… ¡LISTO! – felicidad iracunda
-         Después de tantos días trabajando con nosotros, te mereces esto. Anda a comprarte el pancho y la coca que tanto querías
-         ¡Obviamente! – sonrisa de oreja a oreja, pero trata de disimularla – Bueno… creo que este es el final aca
-         Así es
-         Sabes que podes contar conmigo cuando sea
-         Lo sé, lo sé. Nos estamos viendo, ¿dale?
-         Clarinetes peludos. Abrazo pa

Un abrazo relativamente largo. Y saluda, como siempre que entraba y se iba de la oficina, a todos lo que se encontraban presentes. Algunos se pusieron medio sentimentales cuando se despedía indefinidamente, otros les importó un huevo (o al menos eso era lo que le parecían), y otros saludaron como lo hacían comúnmente, sin saber que jamás iba a volver, hasta algún mero futuro, a dichas cuatro paredes con cantidades de gente buena onda y unas escaleras que no paraba de subir y de bajar.